Esto empezó porque tengo en casa unas rosas secas traídas de Tánger y llevo tiempo pensando que hacer con ellas. Con rosas y comida siempre me viene el libro de como Agua para chocolate y bueno, imagináis el resto.
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Ver